lunes, 7 de octubre de 2013

NACIONALIDAD CHACHI

Idioma
Chá palaa. Pertenece a la familia lingüística   Chibcha. Como tal tiene cierta similitud léxica con el Tsa’fíqui (idioma de la Nacionalidad Tsa’chila), y con el Awapít  (idioma de la Nacionalidad Awá), pero a la vez registra grandes diferencias en el sistema fonológico, sintáctico y en la estructura gramatical, por lo cual se puede decir que son lenguas diferentes.
 Ubicación y Territorialida


Geopolítica:
Se ubican en la Costa, en la provincia de Esmeraldas, en tres zonas distantes entre sí.
Zona Norte: cantón San Lorenzo, parroquia Tululbí; cantón Eloy Alfaro, parroquias San José de Cayapas, Telembí, Santo Domingo de Onzole, San Francisco de Onzole, Borbón y Atahualpa.
Zona Centro: cantón Río Verde, parroquia Chumundé; cantón Quinindé, parroquias
Cube y Malimpia.
Zona Sur: cantón Muisne, parroquias San José de Chamanga y San Gregorio.
Territorio/tierras Legalización:
Ocupan actualmente un territorio de 105 468,52 ha, de las cuales el 21,0 %, equivalente a 22 147 ha son ocupadas por el 93,7 % de las familias, mientras que el 79,0 %, es decir 83 321,52 ha corresponde a bosques primarios y secundarios.
Población y Organización Social
La población de la nacionalidad Chachi, según un estudio realizado en 1998 por la Federación Chachi con apoyo de PRODEPINE, es de 8 040 habitantes, de los cuales 3 951 son hombres y 4 089 mujeres. En la actualidad cuentan con alrededor de 46 centros, distantes entre sí, que se extienden en las tres zonas y agrupan a 1 457 familias.

Organización tradicional:
Ancestralmente la familia era ampliada y estaba conformada por la unión de varias familias nucleares sobre la base alianzas matrimoniales de carácter endogámico. La autoridad tradicional es el Uñi Chaitarucula o Gobernador, eje vital para la reproducción social, cultural e ideológica de los valores y normas éticas; ejerce el poder local y la autoridad y vigila el cumplimiento de la "Ley Tradicional Oral"; otras autoridades son los “Chaitalas”, ayudantes o secretarios del Gobernador, además del asesor, sargento, capitán y policías. El Miruku, shamán o curandero es el intermediario con el mundo de los espíritus que habitan la selva.
Organización actual:
Actualmente su unidad organizativa son los centros. De los 46 Centros, el 79,3% tiene reconocimiento jurídico, mientras que el 20,7% se encuentra en proceso de legalización. Están agrupados en la Federación de Centros Chachi del Ecuador, FECCHE, conformada en 1978, que es miembro de la organización regional indígena de la costa CONAICE y, en el ámbito nacional, de la CONAIE. Un grupo social que tiene mucha incidencia en la vida de la nacionalidad es el de los profesores Chachi. Existe un gran porcentaje de personas vinculadas a la docencia intercultural y trabajan como supervisores o profesores de las comunidades. Estos, generalmente, se constituyen en los dirigentes formales y reales de las mismas; sin embargo, en su gran mayoría, han adoptado valores y pautas de comportamiento diferentes a los culturalmente reconocidos como propios, situación que ha motivado un desprendimiento e incomprensión de la reproducción endógena de la cultura y su proyección histórica. Actualmente, la nacionalidad Chachi se encuentra en proceso de formulación de una propuesta estructural (orgánica y cultural), que les permita defender sus recursos y su actividad económica y cultural.
Vivienda:
Vivienda es una habitación que es compartida por familias grandes. Son construcciones son hechas con caña guadúa y el techo es de ramas que obtienen de diferentes árboles de la zona.
Cosmovisión:
En la cosmovisión del grupo étnico Chachi, Cume es un espíritu que provoca el “mal aire” y sólo puede ser visto por los “sabios” o chamanes
Costumbres:
Desde su ancestro la base de las comidas y bebidas con que se alimentan a diario está Etnia Chachi es la caza, pesca, recolección de frutos silvestres comestibles, plátano, arroz, yuca, chontaduro, maíz y frutas cítricas.
Areas naturales protegidas y territorios:
En su territorio el Estado ha declarado la Reserva Ecológica Cotacachi Cayapas, donde se encuentran comunidades asentadas en la zona norte, cantón Eloy Alfaro, al interior y en la zona de influencia.
De igual manera, existen comunidades en la zona de influencia de la declarada Reserva Ecológica Cayapas Mataje y al interior de la Reserva Ecológica Mache Chindul en la cual se encuentra el bosque protector que pertenece a la nacionalidad Chachi
Existe extracción de recursos naturales en sus territorios y explotación forestal.
Economía:
Tradicionalmente su economía era de autosubsistencia. En la actualidad, su articulación al mercado ha incidido en el cambio de formas de producción y en la introducción de nuevos valores. El mercado ha pasado a ser el elemento dominante, incluso en comunidades donde la organización del trabajo no es asalariada ni existe circulación significativa de dinero.
La madera, productos agrícolas y artesanías son las mercancías que enrolan a la nacionalidad a la dinámica de la sociedad.
En el presente la lógica productiva de los Chachi tiene dos sentidos: uno orientado hacia la subsistencia y otro hacia el mercado; en ambos casos, a través de productos claramente diferenciados: cacao y café para el mercado y plátano, yuca, maíz, principalmente, para la subsistencia. Eventualmente se comercializan pequeños excedentes.
Se han convertido en explotadores directos de los recursos del bosque y permiten, mediante concesiones y ventas de áreas de bosque, la explotación de la madera por parte de compañías madereras.
 Las nuevas generaciones tienden a responder a otros requerimientos y valores, generalmente vinculados a la educación formal que paulatinamente impone el mundo exterior. Tendencialmente, los niños y jóvenes se incorporan cada vez menos a los procesos productivos y a las prácticas culturales reproductivas de la nacionalidad. La pesca es la actividad que mayor participación tiene de este sector etáreo; le sigue la cría de animales pequeños, agricultura, caza y la artesanía. 
La recuperación del territorio Chachi, que milenariamente les ha pertenecido.
Los Chachi han vivido siempre dentro de sus territorios, uno de los centros jurídicos -San Salvador- obtuvo la escritura pública en el año 1992 ante el Notario Primero del Cantón Muisne, e inscrito en el Registrador de la Propiedad del mismo Cantón, en dicha adjudicación San Salvador cuenta con 8905,20 hectáreas otorgadas por el entonces IERAC.
La zona circundante a los tres centros Chachis (San Salvador, Chorrera Grande y Balzar) fue declarada Área de Reserva Ecológica, el bosque perteneciente a los centros poblados de las comunidades indígenas quedaron fuera de la declaratoria porque es de propiedad comunitaria y fue designado Bosque Protector.
Esta área constituye 18.000 hectáreas de bosque húmedo tropical y forma una unidad compacta de sobresaliente riqueza biológica. Desafortunadamente, desde hace unos quince años, estos territorios han sido invadidos por colonos (gente campesina y urbana) oriundo de diferentes provincias del País. Por lo que el territorio se ha ido fragmentando en inmensas hectáreas, afectando de esta manera los derechos colectivos, la tranquilidad de los habitantes Chachis, y la autenticidad de sus futuras generaciones.
Esta situación ha provocado que los dirigentes Chachis busquen formas de proteger íntegramente su territorio, en especial, el territorio de la nacionalidad Chachi del Sur de Esmeraldas, que al momento esta siendo sometida a una gran presión por parte de los colonos invasores, traficantes de tierras y madereros ilegales.
 Problemas de Contaminación (Efectos socio-ambientales de la deforestación )
Uno de los principales efectos de la deforestación es la pérdida de fuentes de agua puesto que uno de los servicios ambientales que proporciona el bosque es la producción de agua, “tanto a través de la regulación hídrica como de la producción de precipitaciones por evapo-transpiración”.
Con la pérdida de bosques se pierde la biodiversidad. Es decir, desaparece la variedad de especies vegetales y animales de los lugares deforestados, desequilibrando los ecosistemas.
Sin cubierta forestal, los suelos quedan expuestos a la acción directa de las lluvias, el sol y los vientos, perdiendo sus propiedades de fertilidad (calcio, potasio, magnesio, nitrógeno). Si a esto se suma la carencia de fuentes de agua, los suelos se vuelven proclives a los procesos de desertificación.
La deforestación deteriora las condiciones de vida de las poblaciones locales. Mientras éstos asimilan los costos ambientales de la destrucción de los bosques, los negociantes de la madera, obtienen las ganancias. Los pobladores dejan de acceder y de beneficiarse de los recursos de los bosques: recolección de productos alimenticios y medicinales, fuentes de agua y suelos fértiles.
Esto redunda en el abandono de prácticas culturales tradicionales, es decir en el abandono de modos de subsistencia autónomas.
Cuando se deforesta para implementar monocultivos y plantaciones como el de la palma africana, los pobladores locales que vendieron a los empresarios sus parcelas, además de perder con la tierra la posibilidad de producir para su subsistencia, pasan a buscar nuevas fuentes de ingresos o a depender de la misma plantación (y si optan por esta última alternativa, se exponen a los químicos propios de las plantaciones y monocultivos).
Tradiciones Chachi
EL matrimonio Chachi
Una de las novias baila el San Juan. Este es el único momento en que se permite que los novios bailen juntos durante su fiesta matrimonial.
Es la tarde del 25 de diciembre. El piso de madera y el techo de zinc del Centro Ceremonial San Miguel vibran al ritmo de la marimba y el bombo. El gobernador escoge, de entre los invitados, a un joven y a una muchacha para la siguiente danza. Ella viste una manta –con la que se cubre desde la cabeza hasta la cintura– y una falda de colores.

Tres pasos para adelante y tres para atrás. El baile termina en menos de un minuto y la mujer se retira apresurada mientras ríe con nerviosismo. Inmediatamente se saca la falda tradicional y se queda con una de blue jean que lleva puesta debajo. También se despoja de la túnica y deja al descubierto un moderno y llamativo top. Los novios permanecen sentados e inmóviles mientras otra pareja de invitados es llamada a bailar...
Los chachi
La gran mayoría de los miembros de la cultura Chachi, también conocidos bajo el nombre de cayapas habitan en el corazón geográfico de la provincia de Esmeraldas, bañado por los ríos Cayapas, Canandé, Ónzole y Santiago.
 Los chachi han formado varias comunidades sobre una extensa zona que integra la porción ecuatoriana del Chocó.
Según cuentan sus ancianos, los antepasados chachi llegaron a estas tierras desde Tusta Pebulú o Pueblo Viejo, cerca de Ibarra, dirigidos por la Virgen María.
El éxodo fue motivado por el temor a que los colonizadores ibéricos les hicieran daño. La Virgen entonces les ordenó adentrarse en la selva y seguir su camino hasta encontrar un venado pastando.
Así lo hicieron y, al encontrar al animal, decidieron construir allí mismo un centro ceremonial. Llamaron Punta de Venado a la zona. Luego empezaron a ocupar la región formando varias comunidades. Según la leyenda, a pesar de ser un pueblo pacífico, tuvieron que exterminar a un grupo de caníbales muy hostiles que la habitaban.

Desde entonces, la vida de los Chachis se ha desarrollado en paz. Cada comunidad elige un gobernador –o Uñi Chaitarucula, en chapialachi, su lengua vernácula– y le encargan la vigilia del cumplimiento de los códigos del grupo. La economía chachi se ha basado en la agricultura, la pesca y la horticultura; aunque últimamente también en proyectos patrocinados por diferentes organizaciones de desarrollo social.
El día anterior
El 24 de diciembre, las familias de los novios, en este caso tres parejas, empiezan a llegar desde las comunidades en donde habitan. Aquel día se realiza un acto como preámbulo a la celebración del matrimonio del día siguiente. La imagen de un Jesús blanco y alto predomina en la pequeña capilla; esta última ha sido levantada cerca del centro ceremonial, y está compuesta por cuatro maderos que sostienen los restos de un techo de zinc.
Los invitados se ubican en dos columnas y sostienen los filos de una sábana blanca larga en donde se ha acomodado una imagen rota del Niño Dios. Todos mecen la imagen mientras caminan fuera de la capilla y hacia el centro ceremonial. Los presentes realizan movimientos sincronizados al ritmo del bombo.



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